19 de diciembre de 2013

Fe


Ahora somos la noche
fría y desmesurada
que se sumerge
por los huecos del alma,
endureciendo el corazón.

Somos la tierra fértil
que descansa
bajo el cielo estrellado,
albergue de las semillas
que nutrirán este cuerpo.

Somos la distancia
que nos separa,
de pronto un recuerdo
que nos va dejando.

Soy la abeja
que zumba en tu ventana,
me muevo con ansias
me aparto con miedo
pero sigo aferrada
a tu alfeizar.

Soy el globo blanco
sujeto a tu mano
a la espera de un viento
que decida mi suerte
y me deje contigo,
o me obligue a cambiar.

Soy el pichón en el nido
batiendo las alas
sobre la más frágil rama
y el precipicio mas temible
bajo mis pies.
Creo que esta vez
al fin,
me atreveré a volar.



Victoria Montes

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